En Campiglia vivimos una experiencia muy especial que queremos compartir. En el marco de nuestro plan de responsabilidad social, llevamos adelante una acción junto a la Fundación Niños sin Dolor, organización que trabaja en el hospital pediátrico del Centro Hospitalario Pereira Rossell brindando apoyo emocional y contención a niños que deben atravesar intervenciones quirúrgicas.
Con la participación de todo nuestro equipo, recolectamos juguetes nuevos, que clasificamos cuidadosamente por edades siguiendo las pautas de la Fundación. Cada obsequio fue preparado con una dedicatoria escrita a mano, envuelto con cariño por nuestros colaboradores y luego entregado en una jornada cargada de emoción.
Colaborar con la Fundación significó mucho más que donar juguetes: significó llevar alegría, esperanza y ternura a niños que estaban atravesando un momento de vulnerabilidad.
Durante la visita, recorrimos las instalaciones, conocimos de cerca el trabajo de la Fundación y compartimos la entrega de los regalos con los niños. Incluso, uno de los obsequios fue entregado directamente por la persona que lo había donado, generando un instante de conexión genuina y profundamente conmovedor.
Algunos de los participantes lo expresaron así:
José María Núñez: “Ver la emoción en los ojos de los niños fue algo que me marcó. Sentí que estábamos haciendo algo realmente importante.”
Alejandra González: “Cuando entregamos los juguetes y vimos las sonrisas de los niños, me di cuenta del impacto real que puede tener una acción tan simple como regalar un momento de alegría. El niño entró a la operación sabiendo que lo esperaba un regalo a su regreso.”
Gabriela Vargas: “La experiencia fue muy bonita y conmovedora. Ver a los niños con diferentes historias y contextos detrás es algo que te toca muy hondo. Ver sus caras de felicidad al recibir el regalo no tiene precio, siento que el regalo me lo llevé yo, realmente, al ver las sonrisas y emoción que tenían. Me quedo con un bonito recuerdo de un niño ansiando salir de su cirugía para jugar con su mamá con el juguete que le llevamos. Muy hermosa labor la de la Fundación Niños sin Dolor y qué importante es mantener los ojos de cada niño brillando desde antes de entrar a su intervención hasta salir de ella”
Sandra Dorrego: “La visita fue un impacto al corazón. Me generó un agradecimiento enorme a la gente que lleva adelante la fundación y nos permite participar de llevar nuestro granito de arena para que los niños vivan estas instancias de la mejor forma. Me quedo con la esperanza de lograr una sociedad mejor”
Liliana Zerboni: “La historia de la Fundación Niños sin Dolor me recordó que un pequeño gesto puede convertirse en la sonrisa que sostiene a una familia cuando más lo necesita, con la misión de que ningún niño debería sentir dolor bajo ninguna circunstancia”
En Campiglia estamos convencidos de que construir un país mejor no se trata solo de levantar paredes. También significa construir comunidad, compromiso y acciones que dejen huella.
Gracias a la Fundación Niños sin Dolor por abrirnos sus puertas y gracias a cada integrante de nuestro equipo por poner corazón y entrega en esta acción que nos deja una marca imborrable.
Dimos el primer paso: huerta en oficina y compostaje como parte de nuestro compromiso ambiental.
Renovamos nuestra imagen para seguir construyendo con la misma solidez, calidez y visión de siempre.
Nos unimos a Tapitas Oportunidad para transformar residuos en alimento y cuidados para animales.